Sobre Mi Vida

Era una tarde del mes de abril, a comienzos de los años 2000. Como todos los días, me dirigía a la estación de buses para tomar el transporte hacia la universidad. Pero esa rutina cotidiana se rompería en un instante.  Un instante que marcaría mi vida para siempre.

Mientras caminaba, sentí un golpe violento en el lado izquierdo de mi rostro. Una sustancia espesa y rojiza me cubrió la cara, ¡era ácido!, en cuestión de segundos, el dolor se volvió insoportable. Sentí como si mi piel se quemara desde adentro. Me desplomé al suelo.

Aún lo recuerdo: grité, pedí ayuda, miré a un hombre que pasaba frente a mí… pero no se detuvo. Nadie lo hizo. En ese momento supe que, si quería sobrevivir, tendría que hacerlo por mi cuenta.

Desde el suelo, con la vista nublada y el cuerpo en shock, encontré una chispa de fuerza en medio de la agonía. Me puse de pie como pude y comencé a correr. Corrí sin mirar atrás, cruzando calles sin pensar, deteniendo autos, con un solo pensamiento en la mente: salvar mi vida.

¡Así comienza mi historia!

Pero más que el dolor físico, enfrenté una batalla silenciosa con la vergüenza, el miedo y la sensación de que mis sueños habían sido asesinados.

Durante años me escondí. Creía que mi vida ya no tenía sentido. Hasta que un día, en medio del dolor, algo dentro de mí decidió no rendirse. Me aferré a la fe, al esfuerzo constante y a esa mano invisible de amor y propósito que nunca me soltó.

Aprendí que una discapacidad no define quién eres. Que las cicatrices pueden doler, pero también pueden enseñar. Que tu historia rota puede convertirse en un puente para sanar a otros.

En lugar de rendirme, abracé mi proceso. Me preparé, trabajé en mí y me reencontré con lo que amo. Hoy puedo decir que vivo con pasión y convicción.

Mi misión es clara: quiero ayudarte a volver a empezar, especialmente si sientes que tu vida se detuvo, si cargas una limitación, una herida o un pasado que pesa. Aspiro a inspirarte, pero también a darte herramientas reales para avanzar y convertirte en luz para otros.

Esta es mi historia. Y ahora, quiero ayudarte a escribir la tuya.